Aun cuando la intención de este Blog no es adentrarse en el escenario político, no se puede evitar discutir sobre un tema que pulula por estos días en todos los medios: Las Encuestas.
No se como funcionará en naciones con una mayor tradición democrática a sus espaldas, no se si sean permitidas las vulgares manipulaciones a que los medios nacionales nos tiene acostumbrados, en épocas electorales, con la farsa de las encuestas.
Este mecanismo lejos de avizorar un panorama electoral y de acercar a la opinión publica a la intención de voto ciudadano, lo que hace es vender candidaturas y sentar en la silla de palacio al candidato que mas pague antes que el pueblo lo haya decidido.
Las encuestas son una herramienta mas del mercadeo político y hacen del candidato un producto y del elector un consumidor al cual hay que seducir, no con argumentos sólidos, ideas y proyectos serios, si con la superficialidad de la imagen y el discurso politiquero enfocado a un target especifico, tal y como se vende un champú o un caramelo.
Sumado a esto la precaria tasa de escolaridad nacional, y la pobre puesta en escena de debates coyunturales donde se cuestionen las propuesta de las campañas y su relación con la realidad del país. Todo esto hace fácil permear una opinión pública débil y sin criterio con encuestas manipuladas y orientas a objetivos específicos.
Noelle Newman, Socióloga Alemana se acerca al asunto describiéndolo como un fenómeno de masas: “Los individuos para evitar ser excluidos o aislados socialmente, se deciden por aquello que respalda la mayoría.” Es decir: “para donde va Vicente para donde va la gente”, Caldo de cultivo eficaz para las encuestas torcidas y mal intencionadas. O por lo menos para el método colombiano.
La forma tan abusiva como algunos medios se meten en los hogares dando lectura a los resultados de las encuestas como una ecuación incontrovertible y signada por las más exactas estadísticas.
Por ejemplo, para las elecciones del 2002 las encuestas le apostaron a un 57 por ciento a favor de Uribe y finalmente este ganó en la primera vuelta con 53,87 por ciento de votación. ¿Casualidad, decisión unánime de una nación o números dudosos…?